Al fin de la elección,
y muerto ya el Partido, vino hacia él un dirigente
y le dijo: "El Apra nunca muere"
Pero el Partido ¡ay! siguió muriendo.
Se le acercaron los dos secretarios generales y repitiéronle:
"El Apra nunca muere"
Pero el Partido ¡ay! siguió muriendo.
Acudió a él todo el comité ejecutivo nacional,
clamando: "El Apra nunca muere"
Pero el Partido ¡ay! siguió muriendo.
Le rodearon todos los miembros de la comisión política,
con un ruego común: "El Apra nunca muere"
Pero el Partido ¡ay! siguió muriendo.
Entonces, todos los apristas de corazón, sin cargo de por medio,
con carné y sin carné
le rodearon; les vio el Partido triste, emocionado;
incorporóse lentamente,
abrazó al primer compañero; echóse a andar...
*Perdónanos Vallejo, pero todos tenemos Marías que se van.
(Encuentralo también en: http://www.lasopa.pe/2011/05/con-el-perdon-de-vallejo.html)
lunes, 25 de abril de 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)