viernes, 5 de noviembre de 2010

El ocaso de los semidioses

La caída del Muro de Berlín y el colapso del bloque comunista dieron paso a la caída sistemática de las grandes luchas ideológicas. Estas luchas, que en muchas oportunidades y aspectos llevaron a la humanidad a enfrentamientos límite, se convirtieron en algún momento en enfrentamientos más irracionales y fanáticos, que los peores conflictos religiosos que al mundo le haya tocado vivir.

La intensidad religiosa con la que se asumieron las ideologías en gran parte del siglo XX, nos llevaron también, a hacer de sus representantes, figuras casi divinas en las que el “contigo hasta la muerte”, podría significar el reconocimiento de un tamiz casi divino alrededor de la figura de sus representantes. Es por ello, que las grandes figuras políticas de la época dejaron de ser representantes políticos, para pasar a ser una especie de semidioses, en la que el yerro y las pasiones humanas prácticamente dejaban de existir, para dar paso a seres virtuosos, en los que muchas veces, cualquier atisbo de humanidad era considerado una debilidad.

En Latinoamérica la situación fue muy similar y en muchos aspectos hasta más intensa, debido principalmente a la carga caudillista que caracteriza a la región. Lo que hizo, que los referentes políticos fueran vistos en sus respectivos países como aquellos Prometeos que venían a darle el fuego sagrado a la sociedad. Por lo que en la actualidad, ante la muerte de dichas ideologías, sus semidioses tampoco podían seguir vivos. Y la gente, en vez de proclamar salvadores de su sociedad a sus Prometeos, los ha terminado por castigar como los antiguos dioses castigaron al propio Prometeo.

Ya no son los líderes políticos aquellos hombres que se encontraban por encima de los demás, la gente ya no confía en ellos porque ya no los reconoce como distintos; la exposición mediática y la masificación de los medios de comunicación han ayudado a develar aquel manto semidivino que los impostaba. Ahora el mejor representante político es el que está más cerca de la gente porque se reconoce como uno de ellos y porque la gente lo reconoce tan igual como un simple mortal.

El mejor ejemplo de este cambio en la política, es tal vez el hombre más poderoso del mundo, y que a simple vista pareciera estar más alejado del común ciudadano, éste hombre es Barack Obama, el presidente de Estados Unidos. Quién no solo refrescó y le dio esperanza a la política mundial, sino que sobre todo, rompió con esa vieja hipocresía de decir y hacer lo políticamente correcto, y no de decir y hacer lo que realmente es correcto.

Se mostró así como un ciudadano más, que había llevado una vida de universitario, como el universitario promedio, con porros de por medio. Con preocupaciones como cualquier otro padre de familia respecto de su vida familiar, con responsabilidades tales como después de un día de intensa campaña, tener que pasar por la tienda para llevar leche a su casa. O como un trabajador más, antojado de una simple hamburguesa y yéndola a comprar en mangas de camisa. Resolviendo además problemas con una cerveza luego de un mal entendido en referencia a un tema racial.

En el siglo XXI ya no hay qué ocultar, la velocidad de la información y la cobertura mediática hacen que no quede espacio para la pose. Aquel mar que nos separaba de aquellos semidioses ha pasado a convertirse para los que todavía lo intentan mantener, en un mar de vanidades, tan insostenible como irreal.

La virtuosidad de los políticos radicará entonces en su capacidad para trabajar con los demás para los demás, en demostrar que su única gran virtud es la legitimidad que puedan tener para hacernos saber que el buen entendimiento y el desarrollo los encontramos solo en nosotros mismos, que esperar sentados a que un todo poderoso haga solo el trabajo nos llevará a nuestro fracaso. Pues es deber de la clase política representar a la sociedad para hacerla progresar, y eso solo se logrará articulando todo tipo de trabajo y proyecto con la principal riqueza de toda sociedad, de todo pueblo, que es la riqueza que se encuentra en la confianza de su gente.

miércoles, 13 de octubre de 2010

Unión Civil entre personas del mismo sexo

El quinto punto máximo del APRA dice:
"Por la solidaridad con todos los pueblo y clases oprimidas del mundo"

Y en su discuro ante el I Congreso Nacional del PAP, Haya de la Torre dice:
"El aprismo -y ésta es su esencial diferenciación de los viejos partidos y de las totalitarias dictatoriales internacionales comunistas y fascistas- considera a la libertad del hombre como ciudadano y como trabajador, inseparable de la justicia social. Por tanto su concepción de una libre democracia es inherente a la de una Democracia Económica".

Por ello, en la necesidad de seguir buscando la igualdad de todos los hombres ante la ley y la sociedad, lo que nos permitirá poder hablar de una democracia verdadera, es que adjunto y apoyo el texto de un email que se ha enviado a la comision de derechos humanos del congreso, encargada de evaluar los proyectos de ley del patrimonio compartido y el de las uniones civiles.

Estimado Congresista:

Es labor de nuestros legisladores, generar un marco legal que promueva y luche por una sociedad justa, de igualdad legal, respeto y oportunidades. El Perú es un país fragmentado por diferencias absurdas que, lamentablemente encuentran vacíos legales en nuestra regulación; resultan entonces afectadas distintas minorías. Usted, como miembro de la Comisión de Justicia y Derechos Humanos es responsable de buscar terminar con dichas injusticias.

La constitución del Perú es clara al establecer que todo peruano tiene derecho a igualdad ante la ley, y que nadie puede ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquier otra índole. Es aquí donde la orientación sexual esta tácitamente incluida; lo que hace necesario que se reconozca con justicia a esta minoría discriminada.

Este articulo elemental de la constitución debe ser aplicado en todo aspecto social, incluido el matrimonio. No le parecería ilógico que se prohíba el matrimonio entre personas de distinta raza, religión o condición social? Bueno, hasta hace algunos años, esto era una realidad.

La homosexualidad es una condición humana que merece ser tratada con el mismo valor que cualquier otra equivalente. La sociedad Peruana debe entender que la homosexualidad no es una enfermedad, no es una inmoralidad, no es un pecado, ni mucho menos una opción. La ciencia, y me remito a reconocidos psicólogos como Henry Gleitman, Alan Fridlund o Daniel Reisberg, afirma que dicha condición es de carácter biológico e irreversible. No es el resultado de ningún factor psico-social ni emocional. Es tan normal como la heterosexualidad. Es por eso que no puede ser tratada, ante la justicia, de manera diferente; ni mucho menos ser motivo de discriminación.

Las ciudadanas y ciudadanos peruanos con parejas del mismo sexo, tienen el derecho a que sus familias sean protegidas por el Estado Peruano en todos los niveles, cumpliendo con los artículos 1 y 2 de nuestra Constitución. La ley de las Uniones Civiles entre personas del mismo sexo (04181/2010-CR) junto con la del patrimonio compartido (04176/2010-CR) son elementales para mejorar la calidad de vida de millones de peruanos: la de los ciudadanos y ciudadanas homosexuales, y por añadidura la de su entorno familiar y social al permitirles formar una institución civil estable y protegida. Las parejas homosexuales tienen el derecho de unirse emocionalmente, y que esta unión sea reconocida por la ley y respetada por la sociedad. Para de esta manera acceder a beneficios tales como: seguros de vida, seguro social, herencia, visitas medicas, entre otros.

Me dirijo a usted entonces para pedirle que revise adecuadamente dichos proyectos y nos ayude a dar ejemplo de justicia, tolerancia y respeto. Abogo por su sentido común, pero sobre todo por su buen corazón. Es usted mi representante en el Poder Legislativo y debe luchar porque mi país sea un lugar de justicia y respeto, donde todos los Peruanos tengamos los mismos derechos y oportunidades.

Confió en usted.

Muy atentamente,

Diego Padilla Philipps
DNI 43004286

martes, 24 de agosto de 2010

El rock globalizador en: Argentina, Chile, China y Perú

Si estudiar el impacto de la globalización en un solo país es ya bastante complicado, el hacer una comparación de su impacto entre cuatro países, lo es más complicado aún. Sin embargo, en este trabajo, intentaré hacer una comparación de cómo la globalización ha impactado en esos distintos país, desde el ámbito de la música, y específicamente desde el rock.

Y será el rock el eje fundamental de la comparación, porque es una ventana dentro del fenómeno de la globalización, que ha logrado penetrar en casi todos los lugares donde dicho fenómeno ha llegado. Además, porque de alguna manera, se podría decir que una vez llegado el rock, logró institucionalizarse en cada territorio, lo que terminó convirtiéndolo en un fenómeno local y por tal con características muy propias de cada región.

Empecemos entonces mencionando en primer lugar el caso de los tres países latinoamericanos, en donde la ola rockera llegó relativamente al mismo tiempo.

La explosión del rock en esta zona data de los años 60´s y logra consolidarse en los 70´s, fecha aproximada en que dichos países lograron hacer su propia forma de rock; no obstante, tuvo un desarrollo distinto en las tres zonas. Esto, debido a las características singulares de cada país y tal vez también, al momento político en que referidos países vivían. Para ser más exactos, tenemos que a mediados de los 70´s los tres países vieron interrumpidos sus procesos democráticos (Perú en 1968, Chile en 1973 y Argentina en 1976). Este hecho propició que el desarrollo del rock tome rumbos distintos en los países mencionados.

En el caso del Perú, la dictadura de turno fue en cierta medida de corte izquierdista, mientras que en Chile y Argentina tuvo un corte mucho más de derecha, pero en los tres casos hubo un marcado estilo nacionalista. Lo que hizo que tanto en Perú como en Argentina, el gobierno intentará desde el poder frenar dicha ola rockera. Mientras que en Chile la situación fue de alguna manera distinta, puesto que el nacionalismo que defendieron, respondió más a una repuesta al comunismo extranjero que veían como el enemigo y no la influencia rockera, que venía desde su principal aliado que era Estados Unidos.

Argentina fue el país donde el freno al rock fue mucho más fuerte, puesto que se prohibió la emisión de rock en inglés, que era el idioma insignia de dicho género; mientras que en el Perú, la represión no fue tan fuerte llegando solo a cierto hostigamiento hacia las modas y estilo que venían con su música. Dicho trato, tuvo resultados distintos en ambos países. Pues en Argentina, dicha prohibición hizo que se desarrollara una industria rockera en español, que a la postre sería la punta de lanza del rock latinoamericano. Caso contrario al peruano, en el que el hostigamiento a lo llamado occidental fue muy drástico, intentándolo cambiar por iconos más populares y nacionales.

A lo que hay que sumar, que siendo Argentina un país mucho más homogéneo y articulado, tuvo mayores oportunidades de hacer del rock un fenómeno de mucho mayor envergadura, muy distinta a la situación peruana.

En Chile la situación fue un poco distinta, debido a que antes de la entrada del gobierno militar, el contexto político del país era bastante anti Estados Unidos, debido al gobierno del socialista Salvador Allende, lo que hacía que el rock se viera también como una amenaza. Situación que cambio con el golpe militar y que además se vio beneficiada con el desarrollo del rock en español desde Argentina.

Ante estos acontecimiento tenemos que actualmente en argentina, podemos encontrar el rock como una institución dentro de la sociedad, con un rock puramente local, con características y variantes que en el mismo Estados Unidos ya no consideran rock. Además, dicho fenómeno se popularizo tanto y llegó a calar tanto en la sociedad argentina, que en las celebraciones por sus doscientos años de independencia, los artistas que las encabezaron, son artistas salidos de las canteras rockeras, tales como Charly García, Fito Paez, Andrés Calamaro y muchos otros más.

Y si en Chile y Perú dicho fenómeno no pudo cobrar tal fuerza, es indiscutible que el rock si caló en ciertos sectores de la sociedad, creando grupos emblemáticos en ambos países que recogen un sentimiento netamente nacional, como es el caso de los Prisioneros en Chile y de los Mojarras o Río en el Perú. A lo que habría que agregar, que la influencia rockera que reciben con mucha mayor fuerza viene de Argentina y ya no de Estados Unidos.

Ambos fenómenos se pueden apreciar de mejor manera, si tomamos en cuenta que la cadena musical MTV, bandera cultural norteamericana, centró en un comienzo su base de operaciones para Latinoamérica en Argentina, desde donde comenzaron a exportar rock hacia todo el continente y además hacia el propio Estados Unidos.

Entonces tenemos que la globalización por medio del rock, significó no solo una invasión a la cultura musical de dichos países, sino que por sobre todo, se vio tomada por los propios países, reformulado su estética y esencia, y exportada nuevamente, pero desde Latinoamérica, como un producto muy distinto al que llegó, para así alimentar con su estilo no solo a los países mencionados, sino al resto del mundo.

Viendo ahora el caso de China, tenemos que el fenómeno rockero fue bastante distinto. En primer lugar porque la apertura de China al mundo llegó recién en los años 80´s, lo que hacía que el rock que llegaba no sea el mismo que llegó a los países latinos, sino que ahora llegaba ese rock también influenciado por fenómenos más particulares como son los mencionados en los tres países. Haciendo de la oferta del rock ya no una marca que comprar, sino una especie de prototipo que contaba con la característica de poder ser desarrollado por cada región según sus propias formas de sentirlo.

Además con dicha apertura China y dado el tiempo en que se da, ya no solo llega el rock, sino que llegan muchos ritmos más, incluso influenciados y nacidos del rock. A lo que se suma la heterogeneidad característica China, en comparación con los países antes mencionados. Esto hace que la cultura musical de dicho país, no sienta la influencia rockera que sintieron los países latinos o que la sienta de una manera más leve. Puesto que el fenómeno que llega, ya no es solo un fenómeno estadounidense, sino sobre todo un fenómeno mundial que se retroalimenta del sitio al que llega, para transformarse constantemente.

En conclusión, podríamos decir que el rock sirve en estos casos para describir de buena manera lo que es la globalización y como su fuerza penetrante puede ser usada con la misma fuerza pero de manera inversa, pues así como llega a una sociedad, se alimenta de ella para reformularse y volver a rebotar ya reformulada al lugar de donde nació, y desde ahí rebotar con otra forma a nuevos espacios vírgenes a su penetración.

Dejando así ni saldos positivos ni negativos, pues será cada región la que según la forma que haya adoptado el fenómeno, haga su propio balance. Y como en el caso de Argentina, tendremos que el balance es positivo, pues el rock, terminó siendo una institución con formas muy propias que llega a atravesar a toda la sociedad gaucha.

Y que en el caso de los otros países como Perú, Chile y China, sirve de referente para nuevas formas de hacer música, también muy ligadas a estéticas y esencias locales, que dejan abierta la puerta a nuevas reformulaciones que podrían llevar dicho género musical a variantes muy antagónicas, pero que seguirán siendo esencialmente rock en el imaginario local donde se desarrollan.

sábado, 8 de mayo de 2010

Vuelvo a sentir bajo mis talones el costillar de Rocinante (1)

El último 7 de mayo se cumplieron 86 años de la fundación del Apra en México, y yendo más allá de la polémica sobre si dicha fecha fue realmente el acto fundacional del movimiento o solamente un acto simbólico de lo que con el paso del tiempo se convertiría en el Apra, es necesario voltear la mirada al pasado para ver qué es lo que ha hecho posible que con el paso de tantos años, tantas coyunturas adversas y tantos errores como aciertos, el Apra se haya podido consolidar en el país, como la única institución política en nuestros ya casi 200 años de independencia.


La complejidad de la actual coyuntura hace sin embargo, que sea necesario y primordial separar la paja del trigo, para demostrar que apetitos personales, que socavan la institucionalidad del Partido y por tal de la democracia en el país, no pueden ser tolerados de ninguna manera. Por lo que cada militante aprista que haya hecho uso de la investidura partidaria o del cargo que le confió el Partido del Pueblo, para satisfacer intereses propios e individuales, tendrá que ser doblemente castigado. Siendo en primer lugar responsabilidad de la justicia hacer que todo el peso de la ley caiga sobre los que hayan delinquido. Y en segundo lugar, siendo responsabilidad de todos los apristas con carné partidario o sin él, hacer que sobre los culpables no solo caiga la condena correspondiente, sino también, la maldición de todo el pueblo aprista, por haber traicionado la sangre de los mártires del partido y las ilusiones de los cientos de jóvenes que siguen albergando en sus corazones los grandes ideales de justicia social y pan con libertad.


Felizmente las instituciones se construyen para sobrevivir a coyunturas, y en este caso, en sus 86 años de existencia, esta será una prueba más para que el Apra demuestre que su compromiso histórico va mucho más allá. Pues si algo ha sido el Apra a lo largo de su existencia, es el de ser el canalizador de las esperanzas e ideales de muchos jóvenes, lo que hace que el accionar de algunos podridos del alma, sea ampliamente superado por el de los que siguen creyendo que un país diferente es posible.


Es por tal, que se podría decir que los 86 años que cumple el Apra, los cumple porque no ha perdido ese sabor quijotesco, que a pesar de los errores y mal accionar de algunos, sigue encandilando diariamente a los que todas las mañanas al despertar, vuelven a sentir el costillar de Rocinante bajo sus talones, y salen a enfrentar el día, con el mismo espíritu revolucionario con el que aquella mañana de mayo se despertaron tantos hombres de buen corazón que solamente soñaron con la posibilidad de un futuro mejor. Siempre en toda institución humana aparecerán Judas y crápulas que intenten nublarnos el camino y siempre estará en nosotros mismos la capacidad de expulsarlos y juzgarlos como las ratas que son.


El futuro es nuestro.



(1) Frase con la que Ernesto Guevara empieza la última carta de despedida a sus padres.

sábado, 1 de mayo de 2010

Ni a cocachos aprendí, el drama de la autodenominada izquierda peruana que no aprende la lección

Un comentario basado en la nota aparecida en La República sobre el llamado a un frente izquierdista (http://www.larepublica.pe/archive/all/larepublica/20100415/9/node/261031/todos/15) y sobre el artículo de Alberto Adrianzén en La República (http://www.larepublica.pe/disidencias/01/05/2010/las-posibilidades-de-la-izquierda).



De ser, en los años ochenta, una de las izquierdas más fuertes del continente, es ahora una especie de híbrido de cierto cúmulo de fuerzas poco representativas, como los son nuestra alicaída organización sindical, ciertas asociaciones de la sociedad civil que más se parecen y son una clase política fracasada, y un grupo de tecnócratas de pasado izquierdista pero que hoy cambiaron la dictadura del proletariado por la dictadura del doctorado.



Esto hace que un gran sector popular y progresista, que no se siente representado por el Apra, los siga viendo con la misma desconfianza de toda la vida, permitiendo así que fenómenos como el fujimorismo y el nacionalismo de Humala, terminen siendo su cobijo.



Habría entonces que hacer una pequeña revisión de cómo apareció y cobró fuerza este fenómeno izquierdista, no aprista, en los ochentas. Básicamente, se da por la profunda reforma social que significó la dictadura militar encabezada por Juan Velasco Alvarado, que permitió de cierta manera abrir una ventana a nuevos movimientos que logren institucionalizar y democratizar dichos cambios. Y es así que aparece el gran Alfonso Barrantes (ex militante aprista), como el líder carismático capaz de unificar dichos movimientos y darles forma institucional por medio de la llamada Izquierda Unida (IU).



Lamentablemente todo el esfuerzo de Barrantes terminó destruido por el personalismo de quienes se autoproclamaban líderes de la IU y que veían en él a un líder cuyo nivel era más bajo que el de ellos, pero que sobre todo eran muy recelosos de su pasado aprista y de su cercanía amical con el presidente Alan García. Todo esto, terminó por hacer colapsar el único embrión de institucionalizar a la izquierda política no aprista en el Perú y de lograr en los años ochentas junto al Apra (el Apra y la IU sumaban el 75% de la representación política nacional), las bases para la gran transformación social que tanto le sigue faltando al país.



Y en la actualidad da mucha pena ver como los llamados a recomponer el movimiento popular y progresista del Perú sigen siendo presa de los mismos apetitos y defectos, haciendo que nuestra incipiente democracia vuelva a padecer de una cojera crónica, la cual se sigue alimentando de los egos personales de quienes lo quieren representar y que parecen no haber aprendido de los errores que por años han venido repitiendo.




Ojalá que los recientes llamados a reconstruir dicho movimiento con el concurso de personas y no partidos, como de manera errónea lo han hecho siempre, sean solo un error semántico y que apunten a construir un partido fuerte y articulado, que ayude a ampliar el abanico democrático y que no deje solo al Apra en la tarea de articular la democracia con los sectores más excluidos y poco representados de nuestra sociedad.