sábado, 8 de mayo de 2010

Vuelvo a sentir bajo mis talones el costillar de Rocinante (1)

El último 7 de mayo se cumplieron 86 años de la fundación del Apra en México, y yendo más allá de la polémica sobre si dicha fecha fue realmente el acto fundacional del movimiento o solamente un acto simbólico de lo que con el paso del tiempo se convertiría en el Apra, es necesario voltear la mirada al pasado para ver qué es lo que ha hecho posible que con el paso de tantos años, tantas coyunturas adversas y tantos errores como aciertos, el Apra se haya podido consolidar en el país, como la única institución política en nuestros ya casi 200 años de independencia.


La complejidad de la actual coyuntura hace sin embargo, que sea necesario y primordial separar la paja del trigo, para demostrar que apetitos personales, que socavan la institucionalidad del Partido y por tal de la democracia en el país, no pueden ser tolerados de ninguna manera. Por lo que cada militante aprista que haya hecho uso de la investidura partidaria o del cargo que le confió el Partido del Pueblo, para satisfacer intereses propios e individuales, tendrá que ser doblemente castigado. Siendo en primer lugar responsabilidad de la justicia hacer que todo el peso de la ley caiga sobre los que hayan delinquido. Y en segundo lugar, siendo responsabilidad de todos los apristas con carné partidario o sin él, hacer que sobre los culpables no solo caiga la condena correspondiente, sino también, la maldición de todo el pueblo aprista, por haber traicionado la sangre de los mártires del partido y las ilusiones de los cientos de jóvenes que siguen albergando en sus corazones los grandes ideales de justicia social y pan con libertad.


Felizmente las instituciones se construyen para sobrevivir a coyunturas, y en este caso, en sus 86 años de existencia, esta será una prueba más para que el Apra demuestre que su compromiso histórico va mucho más allá. Pues si algo ha sido el Apra a lo largo de su existencia, es el de ser el canalizador de las esperanzas e ideales de muchos jóvenes, lo que hace que el accionar de algunos podridos del alma, sea ampliamente superado por el de los que siguen creyendo que un país diferente es posible.


Es por tal, que se podría decir que los 86 años que cumple el Apra, los cumple porque no ha perdido ese sabor quijotesco, que a pesar de los errores y mal accionar de algunos, sigue encandilando diariamente a los que todas las mañanas al despertar, vuelven a sentir el costillar de Rocinante bajo sus talones, y salen a enfrentar el día, con el mismo espíritu revolucionario con el que aquella mañana de mayo se despertaron tantos hombres de buen corazón que solamente soñaron con la posibilidad de un futuro mejor. Siempre en toda institución humana aparecerán Judas y crápulas que intenten nublarnos el camino y siempre estará en nosotros mismos la capacidad de expulsarlos y juzgarlos como las ratas que son.


El futuro es nuestro.



(1) Frase con la que Ernesto Guevara empieza la última carta de despedida a sus padres.

1 comentario:

Manuel dijo...

Buena noir, excepcional la regularidad con la posteas. Pronto nos reunimos para conversar acerca de dinamicas sociales y los postulados de Erik Von Marcovik, Mario Luna y Ross Jeffries.

Abrazos