http://www.lasopa.pe/2012/04/el-poder-del-apra-por-jaicec-espinosa.html
http://www.generaccion.com/noticia/149146/poder-apra
http://www.generaccion.com/noticia/149146/poder-apra
El
internacionalista norteamericano Joseph Nye, en su afán de aportar a que
Estados Unidos siga manteniendo su supremacía frente al resto de países, dividió el poder de su país en dos. Un poder
duro, basado en su fuerza militar y poder económico, es decir, su poder
material. Y un poder blando, basado en su capacidad para organizar la agenda
política desde la influencia de su cultura, por tal, su poder inmaterial.
Llegando a la conclusión de que en la actualidad, si bien el poder duro sigue
siendo fundamental, es el buen uso del poder blando el que permitirá a dicho
país seguir manteniendo su supremacía.
Por ello, y
debido a que llegó a mis manos una encuesta nacional que realizó el Instituto
de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú entre la
primera y segunda vuelta electoral de la pasada elección, en torno a las
percepciones que la gente tiene sobre el Apra, es que intentaré hacer el mismo
ejercicio para poder determinar cuál es el poder real del Apra, pues las
últimas elecciones generales, si bien en términos de resultados electorales han
sido desastrosas para dicho partido, deben de servir para hacer un análisis
frío que nos permita saber cuál es el veredero poder del partido político más
antiguo del Perú.
Una de las
preguntas de dicha encuesta se refiere a la simpatía que tienen los ciudadanos
por las distintas organizaciones políticas, en la que el 5,5% de encuestados
dice simpatizar con el Apra. A simple vista, la cifra es desalentadora, pero si
analizamos el contexto en que se dio, nos damos cuenta que no es tan cierto, debido
a que el Apra al no presentar candidato presidencial no fue parte del juego
político que se desarrollaba en el momento de la encuesta. Por ello, se podría
decir que ese 5,5% representa al aprismo militante, al núcleo duro que a pesar
de que el Apra no participe de la contienda electoral, le guarda fidelidad.
En otra pregunta
se hace referencia a la probabilidad de la gente a votar por el Apra, en lo concerniente
al ámbito congresal y ejecutivo (provincial y regional), en la que haciendo un
redondeo de los dos ámbitos, tenemos que el 16,5% probablemente votaría por éste.
Tenemos entonces en esta cifra al voto potencial del Apra, que no se considera
aprista, pero que lo ve como una alternativa y no tiene reparos en brindarle su
voto, lo que consideraremos como poder blando.
Si sumamos ambas
cifras, tenemos un 22% que es más o menos la votación que el Apra obtuvo en la
primera vuelta de las elecciones presidenciales del 2001 y del 2006. En ambas
oportunidades, la suma de su poder duro y blando lo llevó a la segunda vuelta
electoral. Entonces, al igual que lo que dice Nye sobre Estados Unidos, tenemos
que para el Apra es el buen uso de su poder blando lo que le permitirá
nuevamente acceder al poder y así ratificarse como el partido más poderoso del
Perú.
Dicho poder
blando lo encontraremos entonces fuera del los locales del Apra, representado
en primer lugar en la cultura familiar aprista, en la que un miembro militante
del partido termina por hacer de su hogar una pequeña embajada aprista, muy
alejada de la organización partidaria, pero siempre dispuesta a darle su voto.
De igual manera sucede en el resto de espacios, en el centro de estudios, en el
barrio o en el lugar de trabajo.
Cabe resaltar,
que ese poder blando fue representado por todo el movimiento cultural que
representó el Apra cuando emergió, no por gusto el primer secretario general
del Partido fue un poeta, al igual como lo fueron muchos dirigentes apristas en
provincias. Además, figuras como Luis Alberto Sánchez siempre funcionaron como
un imán muy por encima de la organización partidaria y algunas veces con más
arraigo que ella misma.
Por eso, es
importante que para poder enfrentar los retos del siglo XXI, el Apra trabaje con
mayor esmero ese poder blando, pues actualmente, debido al avance tecnológico y
a la democratización de la información, cada vez es más difícil encontrar militantes.
Ahora, cada uno es su propio partido y su único militante a la vez.
Por último, el
30% de encuestados afirma que el Apra es un partido que debería renovarse
totalmente y jubilar a la mayoría de sus líderes históricos. Si leemos con
atención dicha cifra, puede representar la suma de un poder duro, organizado y
que trabaje de la mano junto con el poder blando, lo que se podría traducir en
que el poder duro sea una herramienta que permita al poder blando actuar lo
mejor posible, es decir que el Apra vuelva a ser una herramienta para la
sociedad y no la sociedad una herramienta para el Apra.
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