La desesperación de la hasta ahora alcaldesa de Lima, Susana Villarán, ha servido para que los autodenominados progresistas de la política peruana, es decir la caviarada y sus tonto útiles, muestren su real careta, conservadora, corrupta y hasta racista. Pues no han tenido mayor tino político que decir que la revocatoria representa un salto al vació para Lima, tan igual como repetían los PPkausas y los mismos Fujimoristas sobre Ollanta. Lo que nos muestra que el (dis)Fuerzo social de la caviarada, escudado en sus pomposos apellidos compuestos, representa lo más rancio del conservadurismo limeño, apoyado solamente en los sectores A y B, esos que viven en distritos con calles que llevan los mismos nombres que ahora habitan la municipalidad. Y que son repudiados en los sectores populares y emergentes limeños, a los que doña Susana ha tenido el atrevimiento de etiquetar como corruptos y agentes del caos, pueblo al que engañó desvergonzadamente con sus falsas promesas durante la campaña electoral.
Hay más, han demostrado también ser fanáticos de la argolla y del padrinazgo, eso que tanto criticaron, y la muestra más palpable de ello es la continuidad de varios miembros del entorno edil involucrados en actos reñidos con la ética y la moral. Como es el del “asesor” Guerra-García, ese mismo que todos los días sale en medios a quejarse porque lo odia toda Lima, cuando a las justas lo conocen los vecinos de su edificio. Pues él ha sido visto por todos los peruanos arreglando adjudicaciones de rutas y declarando a la inversión extranjera enemiga de Lima, demostrando así su total ineptitud e ignorancia, pues la inversión extranjera y la privada no solo en Lima, sino en muchas ciudades del interior del país son el motor del crecimiento económico y condición necesaria para hacer realidad la justicia social, tal como lo anunciara Haya de la torre décadas atrás. Además del ahijadísimo Gabriel Prado, el incapaz gerente de Seguridad Ciudadana y responsable directo del Paradazo, sus cuatro muertos y decenas de policías mal heridos, en complicidad con altísimos funcionarios, y nadie ha dicho nada al respecto. ¿Miedo a la censura de prensa como en Argentina?
Por último, lamentamos con mucha pena su evidente arreglo político con el principal símbolo de los petro-audios. Sí, ese otrora visitante de suites de empresarios, que hoy intenta aferrase a su cargo partidario ante el castigo electoral del pueblo peruano. No solo por esa extraña vinculación, sino por ser el directo responsable de la escasa representación del Apra en el Parlamento al oponerse a la candidatura presidencial de Mercedes Araoz. Al que además le hacen el juego político un pequeño grupo de compañeros autodenomidados izquierdistas, pero con grandes contactos con reconocidos personajes de la derecha empresarial nacional, muy vinculada en su momento al fujimorismo. Y que andan mendigando espacio para defender a su aliada caviar, en la prensa tradicionalmente enemiga de Haya de la Torre y por ende del Partido del Pueblo.
*Escrito junto a Alan Salinas y publicado el domingo 23 de diciembre en La Razón
*Escrito junto a Alan Salinas y publicado el domingo 23 de diciembre en La Razón
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